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Cómo recuperar el olfato y el gusto en un mundo contaminado: este artículo explora el impacto de distintos tipos de contaminación en estos cruciales sentidos.
La contaminación ambiental, un desafío creciente en nuestro mundo, no solo deteriora el planeta, sino también nuestra salud, incluyendo sentidos cruciales como el olfato y el gusto. En este artículo, examinamos los diferentes tipos de contaminación y sus efectos directos en nuestra capacidad para oler y saborear, ofreciendo insights esenciales para tu bienestar.
Existen diversos tipos de contaminación como la atmosférica o ambiental, la hídrica, visual, auditiva, del suelo, lumínica y térmica. Cada una de ellas produce diversas problemáticas para tu salud y afecta a todos los seres vivos, ya que uno de sus efectos más devastadores es la alteración del clima. Conoce en el siguiente contenido en qué consiste cada uno de estos tipos y cómo la contaminación afecta tu salud.
Para abordar cómo recuperar el olfato y el gusto, es vital comprender los distintos tipos de contaminación y cómo afectan nuestra salud. Conozcamos más a fondo cada uno de ellos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, “la contaminación del aire es una de las mayores amenazas para la población humana […], ya que puede penetrar profundamente los pulmones así como al torrente sanguíneo”, a su vez, este tipo de contaminación puede afectar a tu sistema cardiovascular.
Sus principales causas se deben al excesivo uso de combustibles, mientras que la gran cantidad de contaminación se concentra en las zonas urbanas debido a la sobrepoblación humana y la falta de planeación para la gestión de los espacios públicos.
La contaminación hídrica o del agua incluye, como principales factores, el uso de fertilizantes, pesticidas, fármacos, desechos fecales y hasta sustancias radioactivas.
Es indispensable tomar en cuenta que el agua contaminada puede llegar a afectar las zonas donde se encuentran los sembradíos, mismos que van a parar a las centrales donde se alimentan miles de personas que viven en las ciudades y las periferias.
La OMS estima que por motivo de la contaminación hídrica, surgen enfermedades tales como la diarrea, el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la poliomielitis. A su vez, establece que al año se registran 502,000 fallecimientos por diarrea al año en el mundo.
En este tipo de contaminación se hace énfasis en que, en la mayoría de los casos, el alumbrado público puede producir deslumbramientos que afectan a los trabajadores que se dedican a dar un servicio en un transporte o a repartir artículos. Este elemento de las ciudades puede llegar a afectar el ciclo de sueño de los ciudadanos.
La contaminación acústica se refiere a la presencia de ruidos constantes o vibraciones en una zona urbana o periférica, lo cual puede implicar problemas para las personas que habitan dichos lugares.
Al igual que la contaminación lumínica, puede alterar el ciclo del sueño de los residentes, así como generar problemas de ansiedad o estrés a la vez que se daña la salud auditiva.
Igualmente, es importante mencionar la contaminación electromagnética, la cual se refiere a la excesiva exposición de equipos electrónicos, los cuales pueden generar afecciones del sueño, problemas de depresión, trastornos del sueño y desórdenes en la afectividad.
Asimismo, cuando este tipo de contaminación llega a producir alteraciones en el ciclo del sueño, podría generar un cuadro de insomnio severo. También se le relaciona con el dolor cervical.
Ahora ya conoces cómo afecta la contaminación a la salud. Estos son solo algunos tipos de contaminación, igualmente se encuentra la contaminación microbiológica y la contaminación genética, por ello es indispensable que siempre mantengas contacto con los expertos de la salud, puesto que diariamente las personas se encuentran expuestas a múltiples factores de riesgo.
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